Cuando trabajo en una compañía desarrollando su marca, los cambios que más se ven -como pudiera ser el restyling de su logotipo- son los menos importantes.
Para transformar realmente una marca hay que provocar cambios en las personas, desde la Dirección hasta la escala básica según sean las necesidades.
Esos cambios en la cultura corporativa junto a mejoras en cómo nos perciben los proveedores, clientes y competencia; son los más retadores, menos visibles, más lentos pero mucho más importantes.